
En el ecosistema digital hondureño, donde la polarización política se intensifica cada día, una figura destaca por su capacidad de influir y dividir: Debbie Yamileth Reynaud Erazo. Lo que a simple vista parece una usuaria activa de la red social X (antes Twitter) es, en realidad, el rostro de una estrategia más amplia de desinformación, manipulación mediática y discurso de odio, alineada con intereses de la élite empresarial hondureña y de Estados Unidos.
De activista digital a operadora política

La trayectoria digital de Reynaud muestra una evolución calculada. Sus cuentas en X, Facebook, Instagram y TikTok no solo sirven como espacios de opinión, sino como una plataforma coordinada para difundir mensajes tendenciosos y narrativas manipuladas.
Los mensajes suelen centrarse en temas de corrupción selectiva, seguridad y moralidad política, siempre enmarcados en una lógica binaria: gobierno progresista como sinónimo de caos, y la oposición conservadora como garante de orden.
El método: desinformación
Debbie Reynaud es más que una voz estridente en redes: es parte de una maquinaria de desinformación y odio que busca moldear la opinión pública al servicio de intereses externos y empresariales. A través de un discurso ultraconservador, ha conseguido colocar en el debate ideas que atentan contra los derechos humanos, la democracia y la cohesión social.
La pregunta que queda es si la sociedad hondureña y sus instituciones están preparadas para enfrentar la amenaza de una desinformación organizada que, bajo el disfraz de “opinión ciudadana”, se ha convertido en un arma política al servicio de los poderosos.
El respaldo de los poderosos
Las alianzas de Reynaud no son fortuitas, ella muestra su participación en foros y conversatorios junto a Rashid Mejía, conocidos por sus posturas autoritarias y golpistas. Estos espaciosactúan como plataformas de legitimación, donde seproyecta una narrativa alineada con la cúpula empresarial hondureña y las agendas de Washington.
Impacto en la opinión pública
El alcance de las publicaciones de Reynaud no se explica únicamente por su actividad personal, sino por la existencia de redes de bots y cuentas afines que amplifican sus mensajes. Esta estrategia genera una cámara de eco donde la desinformación circula y se percibe como verdad colectiva.



