El Proselitista HN: el medio anónimo que polarizó a Honduras ya tiene nombre y apellido

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Tegucigalpa. La identidad detrás de “El Proselitista HN”, un portal digital conocido por su sesgo tendencioso y su amarillismo ha sido revelada: se trata de Allan Alberto Fiallos Martínez.

¿Quién es Allan Fiallos?

Allan Alberto Fiallos Martínez es un periodista hondureño vinculado al canal Cholusat Sur (Canal 36), conocido por su estilo confrontativo y crítico. Aunque inició su trayectoria en el ámbito mediático tradicional, su nombre ha salido a la luz en los últimos años por su relación con el portal digital El Proselitista HN, un medio señalado por su carácter tendencioso, amarillista y desinformativo.

Investigaciones de rastreo digital revelaron que Fiallos no solo era el propietario oculto de El Proselitista, sino que también manejaba múltiples cuentas y plataformas destinadas a amplificar narrativas políticas polarizantes, como la página Alerta Honduras. Para evadir responsabilidades, recurrió a identidades ficticias y registros a terceros, lo que muestra un patrón deliberado de ocultamiento.

La exposición de su nombre ha generado debate sobre el papel de periodistas y comunicadores en la era digital, particularmente cuando se convierten en operadores de campañas de desinformación que, lejos de contribuir a la transparencia, terminan por erosionar la confianza pública y alimentar la polarización en Honduras.

Del anonimato a la exposición

Las investigaciones digitales mostraban inicialmente a un desarrollador web, Gustavo Adolfo Cruz Rivera, como el responsable técnico del sitio. Sin embargo, un rastreo más profundo reveló que el verdadero propietario era Fiallos. Incluso, para ocultarse, el número de contacto del portal estaba registrado bajo el nombre ficticio de “Marvin Veloz”.

La estrategia no se limitó a esconder su identidad. Fiallos administraba múltiples cuentas de propaganda, como Alerta Honduras, todas con el mismo propósito: amplificar narrativas sesgadas y generar eco de desinformación. Se trataba de un esquema de manipulación digital que multiplicaba la voz de un solo individuo, mientras se hacía pasar por varias fuentes independientes.

Amarillismo como herramienta

El historial de publicaciones de El Proselitista muestra un patrón claro: titulares diseñados para provocar indignación y polarización. Ejemplo de ello fue cuando cuestionaron la enfermedad de la Presidenta, insinuando irregularidades sin pruebas. Estas tácticas, lejos de contribuir a la transparencia, buscaban crear sospecha y debilitar la credibilidad de las autoridades.

En varios momentos, los ataques fueron dirigidos tanto contra figuras del gobierno como de la oposición, siempre bajo un mismo tono sensacionalista y corrosivo. El efecto fue el mismo: alimentar la desconfianza ciudadana y colocar a la opinión pública en un terreno movedizo de rumores y sospechas.

La desinformación como arma política

La revelación llega en un contexto crítico para Honduras, donde la democracia aún enfrenta los efectos de décadas de corrupción, golpes de Estado y polarización. En este entorno, medios anónimos como El Proselitista se convirtieron en armas de manipulación política, envenenando la conversación pública.

Los efectos son claros: miles de ciudadanos dudan de todo y de todos, atrapados en un flujo constante de narrativas fabricadas. La desinformación contribuyó a reemplazar el diálogo democrático por la manipulación emocional, normalizando la mentira como táctica política.

No es un fenómeno aislado. En toda América Latina, actores han recurrido al anonimato digital para montar campañas sucias que distorsionan la percepción ciudadana. En Honduras, las noticias falsas sobre fraude electoral o corrupción han sido gasolina sobre la hoguera de la polarización.

La urgencia de la rendición de cuentas

La exposición del verdadero rostro de El Proselitista HN es un llamado urgente a la rendición de cuentas. La crítica y el escrutinio son esenciales en democracia, pero deben ejercerse con responsabilidad y transparencia.

El anonimato usado como escudo para difamar convierte a quienes lo emplean en mercenarios de la posverdad. Honduras no puede seguir tolerando “sicarios de la verdad” que, desde las sombras, disparan falsedades sin dar la cara.

La caída de la máscara de El Proselitista HN es un triunfo de la verdad. Representa una oportunidad para exigir un periodismo responsable, con ética y rigor, que contribuya a informar y unir, en lugar de dividir.

La lección es clara: la desinformación anónima no puede tener cabida en una democracia que aspira a justicia y paz social. Exponerla es apenas el primer paso; el reto ahora es fortalecer la alfabetización mediática y los mecanismos de control para que la mentira nunca más prospere a costa del futuro del país

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