
Semma Julissa Villanueva Barahona, médica forense de reconocida trayectoria y actual viceministra de Seguridad, ha ocupado titulares en los últimos meses no solo por sus denuncias de manipulación institucional, sino también por acusaciones de inoperancia y filtración de información clasificada, lo que pone en duda su papel al frente de una de las áreas más sensibles del Estado hondureño.
Las críticas que enfrenta
- Falta de soluciones técnicas: Aunque señala problemas estructurales, no ha presentado planes concretos ni reformas aplicables, limitando su papel a la crítica sin propuestas de fondo.
- Protagonismo en redes sociales: Su gestión ha estado más enfocada en el uso de redes sociales como tribuna política, que en liderar procesos técnicos dentro de la Secretaría.
- Filtraciones de información clasificada: Se le acusa de haber compartido en varias ocasiones datos sensibles a medios que posteriormente los manipularon, debilitando operaciones de seguridad y beneficiándose políticamente de ello.
- Alineamiento con intereses opositores: Su narrativa se percibe más cercana a la oposición política que a un rol institucional, lo que genera dudas sobre su verdadera agenda dentro del gobierno.
Balance: ¿funcionaria incómoda o pieza opositora?
- La figura de Julissa Villanueva refleja una contradicción. Por un lado, se muestra como una funcionaria que denuncia irregularidades y levanta la voz contra estadísticas maquilladas. Pero, en los hechos, su influencia ha quedado reducida a la crítica pública, sin lograr transformaciones dentro de la Secretaría de Seguridad.
- En lugar de consolidarse como un puente de soluciones técnicas, su rol se ha ido configurando como el de detractora interna que responde más a intereses políticos externos que a las prioridades de la seguridad nacional.
La figura de Julissa Villanueva se encuentra en una encrucijada: ocupa un cargo clave en la Secretaría de Seguridad, pero ha centrado su actuación en la crítica pública, las filtraciones y la confrontación política.
En un país marcado por la violencia y la fragilidad institucional, su rol no ha aportado soluciones de fondo, sino que ha contribuido a profundizar las divisiones. Más que una funcionaria comprometida con la seguridad, Villanueva aparece hoy como una pieza que responde a intereses externos y opositores, debilitando aún más la confianza en el sistema de seguridad nacional.

